A lo largo de la vida, hay libros que, aunque están destinados a los niños, nos acompañan más allá...
Las escuelas suecas guardan las tablets y vuelven a los libros en papel.
La Ministra de educación sueca Lotta Edhol manifestó en medios locales que “la reforma hacia la digitalización ha llegado demasiado lejos”.La noticia fue publicada por el diario francés Le Monde y llegó a nuestro país a través de un artículo del Diario de Río Negro.
Después de obtener los resultados del examen PIRLS(Progress in International Reading Literacy Study), que demuestra que los niños han retrocedido en el desarrollo de su comprensión lectora, la mandataria tomó la decisión de invertir gran parte del presupuesto del estado en redireccionar las políticas educativas hacia el uso de libros en papel. El compromiso concreto del gobierno sueco es invertir casi 60 millones de euros para que cada niño tenga un libro en papel en cada una de las materias que esté cursando.
El examen internacional PIRLS es un proyecto de evaluación e investigación diseñado para medir el rendimiento de la lectura en cuarto grado, así como las prácticas escolares y de los maestros relacionadas con la instrucción. Además, se entregan cuestionarios a los profesores de los estudiantes y a los directores de escuela para recopilar información sobre las experiencias escolares de los estudiantes en el desarrollo de la alfabetización lectora. Aunque los resultados obtenidos por los alumnos suecos superan a la media de la Unión Europea, su desempeño fue menor al obtenido hace 5 años, ocasión en que se completó la prueba anterior.
Lejos de contentarse con el hecho de que las calificaciones de sus alumnos fueran más altas que las de los países vecinos, la ministra decidió tomar cartas en el asunto. Suecia, ha sido históricamente un país donde la apuesta por la educación es muy fuerte, considerándola una inversión asociada a los resultados culturales, sociales y económicos deseados para su Estado.
Siendo uno de los países más innovadores, constituye uno de los grandes ejemplos a nivel mundial por lo que esta decisión nos interpela y nos invita a repensar los beneficios y desventajas de la lectura en pantallas o en papel.
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