La Programación Neurolingüística (PNL) propone que nuestros procesos mentales, lenguaje y comportamiento están interconectados, y pueden ajustarse para mejorar la comunicación y el aprendizaje. Aunque es considerada pseudocientífica, en el ámbito educativo se valora por su enfoque práctico: aporta técnicas para facilitar la regulación emocional, promover la atención y fortalecer la empatía entre docentes y alumnos.
Las prácticas somáticas, centradas en la conexión cuerpo-mente, están ganando espacio en la pedagogía actual. Involucran movimientos conscientes, respiración, visualizaciones y breves pausas físicas. Estrategias útiles para reducir la ansiedad, mejorar el enfoque y construir entornos más seguros psicológicamente.
Un estudio de Leeds Beckett University, en colaboración con el Carnegie Centre of Excellence for Mental Health in Schools, propone ocho estrategias somáticas para el aula que permiten a los estudiantes reconectarse con su cuerpo y sentirse seguros. Estas acciones, como el escaneo corporal, el movimiento espontáneo o pausas conscientes, ayudan a reconocer y regular estados de tensión o desconexión.
Por otro lado, un artículo publicado por la McGill Journal of Education documenta cómo la incorporación de metodologías somáticas en la formación docente promueve una mayor coherencia entre cuerpo, mente y emociones. Este tipo de entrenamiento aumenta la consciencia corporal de los educadores y les permite estar más presentes, atentos y empáticos con las necesidades emocionales de sus estudiantes.
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Técnica |
Cómo se hace |
Beneficio |
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Mini-pausas corporales |
Detenerse 2 o 3 minutos entre actividades para respirar profundo, estirarse o balancear el cuerpo. |
Disminuye la ansiedad y mejora la concentración. |
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Visualización guiada breve |
Invitar a cerrar los ojos y visualizar un espacio seguro (bosque, nube, playa) durante 2-3 minutos. |
Regula el sistema nervioso, ideal para momentos de tensión.
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Juegos de expresión emocional |
Representar emociones con gestos, posturas o pequeñas escenas cotidianas. |
Favorece la conciencia emocional, empatía y alfabetización emocional.
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Rapport rápid |
Sincronizar postura, tono de voz o velocidad al hablar con la del estudiante al comenzar una conversación. |
Fortalece la conexión, facilita la escucha y mejora el vínculo pedagógico.
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Reencuadre verbal |
Cambiar frases negativas como “no podés” por afirmaciones como “todavía no lo lograste, pero estás aprendiendo”. |
Promueve mentalidad de crecimiento y reduce la frustración. |
Estas prácticas completan el enfoque del que hablamos en el artículo anterior sobre neurociencia educativa. Mientras aquél explica cómo el cerebro aprende y retiene mejor cuando hay emoción, relevancia y descanso, PNL y somática aportan herramientas activas para vivir esas condiciones en cada clase. Sumarlas en nuestra práctica cotidiana permite acompañar mejor a los estudiantes y sostenernos a nosotros mismos en la tarea.
Integrar la inteligencia corporal y el lenguaje consciente potencia ambientes de aprendizaje más sanos, inclusivos y eficientes. Herramientas tan sencillas como una pausa con respiración, una visualización guiada o un ajuste en la forma de hablar pueden ser clave para mejorar la atención, el clima y la conexión en el aula.
Sumar nuevas herramientas a nuestra formación docente no solo enriquece nuestra práctica profesional, sino que también impacta positivamente en nuestra vida personal y familiar. Cuidarnos, escucharnos y entrenar nuestra presencia puede ser un punto de partida para enseñar desde un lugar más humano y consciente.
Fuentes consultadas:
Carnegie Centre of Excellence for Mental Health in Schools Natasha Ladak Somatic Strategies for Cultivating Psychological Safety in the Classroom
Emond, G. (2022). Toward Somatic Coherence: Five Teachers Engaged In Embodied Ways In Their Professional Development Path. McGill Journal of Education / Revue Des Sciences De l’éducation De McGill, 56(1).