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Celebrar la diversidad: leer para entendernos mejor

Cada 12 de octubre nos invita a reflexionar sobre la diversidad cultural, no como una fecha aislada, sino como una oportunidad para mirar de cerca cómo nos conectamos con las múltiples voces que forman parte del mundo que habitamos. La literatura tiene un poder enorme en ese sentido: nos permite entrar en otras culturas, otras realidades, otros modos de pensar y sentir. Leer a autores de distintas procedencias no solo amplía nuestra visión, sino que también nos enseña empatía, respeto y curiosidad genuina por lo diferente.

Los libros abren puertas a mundos que, de otro modo, tal vez no conoceríamos. Nos permiten escuchar voces que fueron silenciadas, descubrir tradiciones, perspectivas y luchas que nos transforman como lectores y como personas. En el aula, en casa o en nuestras propias lecturas, estos textos se convierten en una herramienta esencial para construir una mirada más abierta, crítica y respetuosa.

Un ejemplo claro de cómo la literatura rompe estereotipos culturales lo encontramos en Americanah de Chimamanda Ngozi Adichie, donde la autora explora la identidad, la migración y las tensiones entre pertenecer y ser “otro”. Su nueva obra, Dream Count (2025), vuelve sobre estos temas con la mirada lúcida y sensible que la caracteriza. También encontramos historias que abren diálogos interculturales como The Kite Runner de Khaled Hosseini, que nos transporta al Afganistán de los años 70 y nos hace pensar en la amistad, el perdón y las raíces. Cada una de estas obras nos recuerda que los libros no solo cuentan historias: también nos enseñan a mirar el mundo con más matices, más humanidad y menos prejuicios.

Todo lo que leemos y nos invita a mirar el mundo desde nuevas perspectivas también transforma nuestra manera de enseñar. Cuando un texto nos toca, nos enseña o nos desafía, llevamos esa experiencia al aula. Transmitimos a nuestros alumnos no solo conocimientos, sino también la sensibilidad, la empatía y la apertura que la lectura despertó en nosotros. 

Leer desde la diversidad es leer con el corazón abierto. Es reconocer que nuestras diferencias no nos separan, sino que enriquecen el relato común que compartimos como sociedad. Y es, también, una manera de celebrar que todos tenemos una historia que merece ser contada.

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