El teatro en el aula va mucho más allá de memorizar guiones y ponerse un disfraz para el concert de fin de año. En las clases de drama en educación bilingüe, los estudiantes tienen la oportunidad de vivir experiencias que enriquecen su aprendizaje del idioma mientras exploran valores, emociones y habilidades sociales esenciales.
El drama permite a los estudiantes ponerse en el lugar de otros, explorando diferentes perspectivas y emociones. Una obra de teatro puede abordar temas como la empatía, la cooperación, la amistad, o incluso dilemas éticos, y es una herramienta poderosa para trabajar estas ideas en un ambiente seguro y creativo. Además, al ser una actividad grupal, fomenta el respeto mutuo, la paciencia y la importancia de cada rol en el éxito colectivo.
Estas actividades también son un espacio para que los alumnos conecten con sus emociones y aprendan a gestionarlas. Actuar, incluso en pequeños roles, les ayuda a expresar lo que sienten, a ser conscientes de sus reacciones y a desarrollar habilidades como la escucha activa y la autoconfianza.
Sin embargo, es fundamental reconocer que no todos los estudiantes disfrutan estar en el centro del escenario. Algunos prefieren contribuir detrás de bambalinas, ya sea diseñando escenografía, ayudando con el vestuario, coordinando luces o siendo parte del equipo técnico. Estos roles no solo son igual de importantes, sino que brindan a los más tímidos una manera significativa de participar en el proyecto sin sentirse forzados a actuar.
En las clases, todos los estudiantes tienen la oportunidad de explorar diferentes aspectos del área de drama, pero para el concert, es clave respetar sus límites y preferencias. Este enfoque no solo promueve el respeto hacia la individualidad, sino que también asegura que cada alumno se sienta valorado por sus contribuciones únicas.
El teatro en un contexto bilingüe tiene un doble propósito. No solo ayuda a los estudiantes a mejorar su pronunciación, vocabulario y fluidez en inglés, sino que también les da una razón auténtica para usar el idioma de manera significativa y con la naturalidad que brinda el contexto. Aprender un guión, improvisar en inglés, o simplemente colaborar con compañeros durante las clases de drama se convierte en una experiencia educativa completa.
El concert de fin de año no es solo una muestra de lo aprendido, sino una celebración del esfuerzo y crecimiento de cada estudiante. Al subir al escenario, ya sea como actores, narradores, o miembros del equipo detrás de escena, los alumnos llevan consigo más que un personaje: llevan confianza, habilidades sociales y un sentido de logro.
Como docentes, tenemos la responsabilidad de garantizar que este proceso sea inclusivo, enriquecedor y, sobre todo, disfrutable para todos los involucrados. Porque en el teatro, como en la vida, cada rol importa.