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La letra cursiva en la era digital

Escrito por Redacción | Nov 22, 2023 4:19:29 PM

En medio del vértigo tecnológico que redefine nuestra cotidianidad, la forma en que escribimos ha sufrido transformaciones sorprendentes. Los teclados, omnipresentes en computadoras y dispositivos móviles, han relegado a la letra imprenta por sobre la cursiva, marcando un cambio significativo en la enseñanza y percepción de la escritura. 

Antiguamente, la caligrafía cursiva era un arte en sí misma, requería destreza y dedicación. Hoy el lettering  cumple esa función y es utilizada como una herramienta vital para la comunicación y el diseño.

Desde tiempos antiguos, la cursiva ha sido un medio de expresión íntimo y distintivamente artístico. Los manuscritos medievales son un ejemplo paradigmático de cómo la cursiva no solo servía como método de comunicación, sino que también se convertía en una expresión de belleza y arte. Las manos expertas de los escribas daban vida a las palabras mediante curvas elegantes y trazos precisos, convirtiendo cada página en una obra de arte por derecho propio; y convirtiendo al escriba es una persona clave en su comunidad. 


La cursiva y las emociones


A lo largo de la historia, la cursiva ha estado intrínsecamente ligada a las emociones y a la expresión personal. Las cartas de amor y correspondencias de épocas pasadas atestiguan esta conexión única entre la cursiva y la profundidad emocional de la comunicación escrita. En cada trazo, se podía sentir la intensidad del amor, la nostalgia o la alegría de quien escribía.


En la cultura literaria, la escritura cursiva ha sido un vehículo para la creatividad y la individualidad. Muchos escritores y poetas han preferido plasmar sus ideas y emociones a través de este estilo de escritura, ya que la fluidez de los trazos les permitía una expresión más libre y espontánea. La conexión entre la mano y la pluma crea una sinfonía visual que complementa las palabras, añadiendo capas de significado y profundidad a cada obra.

Esta relación entre la cursiva y la literatura no solo es histórica, sino que también es estética. La belleza de la escritura cursiva agrega un valor estético innegable a las obras literarias. La forma en que las letras se entrelazan, las curvas elegantes y la continuidad de los trazos dotan a cada texto de una singularidad que trasciende el mero significado de las palabras.

 

La cursiva y la identidad


La letra cursiva nos hace seres reconocibles ¿Quién no recuerda la letra de su abuela en cuadernos de recetas? ¿O la de su madre o padre en notas y cartas? Un escrito "de puño y letra" nos permite identificarnos ("esto lo escribí yo en mi adolescencia") o encontrarnos con nuestros afectos en lo que podría ser considerado un garabato si no pudiéramos detectar perfectamente quién lo escribió por su trazo tan particular

No obstante, en la actualidad, la prioridad parece haber cambiado. ¿Es necesario seguir enseñando la escritura a mano en pleno siglo XXI? Esta pregunta ha dividido opiniones y generado debates en el ámbito educativo, especialmente cuando la comunicación digital se impone cada vez más.

Sin embargo,  Ana María Borzone, reconocida investigadora del CONICET y experta en Letras, que impulsa el desarrollo integral infantil a través del proyecto @queremosaprender defienden la continuidad de la enseñanza de la escritura a mano. En sus investigaciones y análisis, Borzone destaca la importancia de la actividad manuscrita en la integración sensorial y en el desarrollo cognitivo.

"La escritura a mano involucra una integración multisensorial que va más allá de la simple acción de tipear en un teclado", señala Borzone. Ella enfatiza cómo este proceso requiere coordinación biomecánica, estimulando áreas del cerebro que son fundamentales en la lectura, escritura y aprendizaje.

Uno de los puntos clave es el tipo de letra enseñada en las escuelas. En Argentina, se privilegia la letra imprenta mayúscula, postergando la cursiva. Sin embargo, Borzone disiente con esta práctica y respalda sus argumentos con estudios que demuestran la superioridad de la cursiva en el control de trazos y la legibilidad del texto.

"El cambio de un sistema de escritura a otro puede dificultar el aprendizaje y retrasar el desarrollo de habilidades", afirma la especialista. Ella aboga por enseñar cursiva desde etapas tempranas, proponiendo métodos específicos para el jardín de infantes que fomenten la motricidad fina y la familiarización con trazos continuos.

La recomendación de la experta resalta la importancia de comenzar con prácticas de trazado desde la infancia, apoyando el desarrollo motor y cognitivo para una transición fluida hacia la escritura cursiva. Esta perspectiva, respaldada por su vasta experiencia e investigaciones, abre un diálogo crucial sobre la relevancia de preservar la escritura a mano en un mundo que privilegia lo digital. Su enfoque despierta reflexiones valiosas sobre cómo abordar la enseñanza de la escritura en el contexto actual.

Sara Inés Gómez Carrillo, autora de varios libros sobre grafismos y escritura tales como "Letramanías" y "Benteveo", sostiene lo siguiente: "Respecto del uso de la imprenta mayúscula o la minúscula, en nuestro país desde hace muchísimos años que en todos los colegios se utiliza la imprenta mayúscula desde el jardín. A mi criterio, se enseña demasiado tarde la letra de imprenta minúscula para la lectura, y también la letra cursiva." Según su entender, uno de los argumentos a favor de la escritura en imprenta mayúscula es que es más fácil escribir con agilidad usando este tipo de letra. Por otro lado, entiende que la lectura es más veloz con la letra de imprenta minúscula y que, además, contribuyen a la comprensión de ciertos elementos de la puntuación como el uso de mayúsculas sólo al comienzo de la oración. 

La relación entre la escritura cursiva, la literatura y más tarde, la enseñanza formal de la lectoescritura a lo largo del tiempo es fascinante. Desde los manuscritos medievales hasta las cartas de amor de épocas pasadas, la cursiva ha sido un medio artístico y expresivo.

Es esta conexión con la expresión personal y artística lo que resalta la importancia histórica y estética de la escritura cursiva en la cultura literaria.

Y es la solidez de diversos estudios neurocientíficos, la que respalda cómo el trazado continuo y complejo de la letra cursiva no solo estimula la actividad cerebral, sino que también fortalece conexiones neuronales fundamentales para el desarrollo cognitivo, proporcionando un vínculo único entre la expresión artística y el impulso neurocognitivo y multisensorial en la escritura.