El Día del Padre, que este año se celebra el 16 de junio, es una oportunidad para expresar nuestro amor y gratitud por todo lo que hacen, a menudo de manera silenciosa y sin pedir nada a cambio.
Poseen una sabiduría única, adquirida a través de la experiencia y los años. Su mirada sobre aquello que transitamos, a veces simple pero siempre significativa, nos ayuda a navegar por la vida. Un padre nos enseña lecciones valiosas sobre responsabilidad, integridad y la importancia de ser auténticos. Su sabiduría es un faro que nos guía en los momentos de duda y nos inspira a ser mejores personas.
Son capaces de manifestarnos su amor en acciones y en palabras. A través de su trabajo y esfuerzo por el bienestar de la familia, los consejos dados en los momentos justos y todos los gestos cotidianos, nos ofrecen contención, dedicación y cuidado. Este amor silencioso, demostrado a través de su compromiso y sacrificio, es una forma de afecto que nos acompaña a lo largo de nuestra vida.
Los momentos compartidos con nuestros padres, aunque a veces parecen rutinarios, son los que realmente dejan una huella en nuestros corazones. Las risas compartidas, las vacaciones, los partidos de fútbol, las cenas en casa y las conversaciones sinceras son algunos de esos momentos inolvidables que construyen la relación entre un padre y sus hijos.
Además de ser grandes lectores, muchos padres son maravillosos contadores de historias. Desde anécdotas de su propia infancia hasta relatos fantásticos inventados en el momento, los padres tienen el don de capturar la atención de sus hijos con su narrativa. Estas historias, aunque a veces simples, son el hilo invisible que teje el entramado familiar.
Las historias orales transmitidas de generación en generación no solo entretienen, sino que también enseñan lecciones importantes y fortalecen la identidad familiar. Cada familia tiene sus propias historias, aquellas que se cuentan en las reuniones familiares, que se recuerdan con risas y nostalgia, y que forman parte de la herencia cultural de cada uno.
Las historias escritas son testigos silenciosos del amor y la dedicación de un padre. Son testimonios de sus vidas y sus experiencias que, sin dudas, pueden enriquecer las nuestras.
Este Día del Padre, celebremos a los hombres que han enriquecido nuestras vidas. Dediquemos tarjetas de saludo, escribamos cartas que puedan ser atesoradas y, sobre todo, tomemos el tiempo para escuchar y compartir esas historias que nos hacen únicos.
¡Qué tengan un muy feliz Día del Padre!
Equipo de Kel Books
Aquí, una selección de títulos que preparamos para la ocasión. Si tu papá es lector, ¡le van a encantar!